Vamos con una nueva edición del Festival Internacional de Cine de Gijón, en esta ocasión la número 57. El pasado Viernes día 15 empezó y nosotros nos estrenamos el Sábado 16 viendo una película de la sección oficial en el Teatro Jovellanos. Se presentaba en España la islandesa "A White, White day".
Título original: Hvítur, hvítur dagur.
Estreno: 6 de Septiembre de 2019 (Islandia).
16 de Noviembre de 2019 (en España).
Director: Hlynur Pálmason.
Actores: Ingvar Sigurdsson.
Ída Mekkín Hlynsdóttir.
Hilmir Snær Guðnason.
Sara Dögg Ásgeirsdóttir.
Björn Ingi Hilmarsson .
Elma Stefania Agustsdottir.
Haraldur Stefansson.
Laufey Elíasdóttir.
Sigurður Sigurjónsson.
Duración: 109 minutos.
Género: Drama.
Mi nota: 6,9/10.
Estrenada y premiada en el Festival de Cannes y preseleccionada para los Oscars. Está escrita y dirigida por el islandés Hlynur Pálmason, que nos dedicó unas palabras antes y después de la película en una abarrotada sala.
(A partir de aquí, SPOILERS)
Ingimundur (Ingvar Sigurdsson) vive en un pequeño pueblo islandés. Acaba de quedar viudo recientemente por un accidente de tráfico y trata de seguir adelante gracias a la compañía de su nieta Salka (Ída Mekkín Hlynsdóttir) mientras repara una casa para que viva la niña junto a sus padres.
De poco sirven las charlas con un psicólogo que apenas empatiza con su paciente y que da lo mismo que le atienda en persona o a través de webcam. El caso es que Ingimundur era policía y tras abrir una caja de pertenencias de su mujer, empieza a sospechar que ella le engañaba y a vigilar al objeto de sus sospechas, un hombre más joven, casado y casualmente compañero de pachanga futbolera del hermano de Ingimundur. Nuestro protagonista va hirviendo a fuego lento, pero como nos comentaba el propio director, al final acaba explotando.
Sensación agridulce. Por un lado, plantea cosas muy interesantes como la aceptación de unos cuernos puestos por una difunta. Por otra, las interpretaciones de los dos protagonistas (abuelo y nieta) están muy bien. Y visualmente es muy bonita con los paisajes islandeses. Pero luego tiene ciertas cosas de las que el director parecía especialmente orgulloso pero que a mí personalmente me restan y me sacan de la película por momentos, como los planos eternos y aburridos de la casa y otras escenas inconexas con el resto del filme. Con todo, no es un mal comienzo de Festival.
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