Ante todo, felices fiestas a todos los lectores del blog. Hoy hace una semana desde la última entrada y me temo que hasta después de Reyes, con tanto día festivo, tanta comida, tanta cena y tanta celebración, habrá poco tiempo para leer, ver películas, series.. y mucho menos para hacer las reseñas correspondientes. De momento os dejo una rápida de un cómic de Batman que he leído un día de estos: "A través del espejo" de la colección "El caballero oscuro". Editado por ECC en 2012 y a la venta por unos 12 euros.
Título original: Batman.
Trough the looking glass USA.
Año: Agosto de 2012 en España.
Guión: Bruce Jones.
Dibujo: Sam Kieth.
Edición: ECC rústica 128 páginas a color.
Mi nota: 5,6/10.
Como ya he comentado varias veces, Sam Kieth es un autor que siempre me ha llamado la atención. En este caso solo se encarga del dibujo, ya que el guión es obra de Bruce Jones, autor veterano del que me suenan varios títulos pero ahora mismo creo que este es el primero que leo. De todas formas, la presencia de Kieth fue suficiente para echar un vistazo "a través del espejo".
(A partir de aquí, SPOILERS)
La historia es una especie de mezcla entre un caso real y una ensoñación que sufre Bruce Wayne al ser drogado en una cena. El villano detrás de todo no es otro que Jarvis Tetch, conocido como "El sombrerero loco", y Batman lo ve todo como si estuviese en el mundo de "Alicia en el país de las maravillas".
El caso consiste en que empiezan a aparecer muertos distintos personajes de Gotham que tienen en común haber estado en la cena en la que drogaron a Wayne. Batman empieza a investigar guiado por una niña imaginaria que resulta ser Celia, una amiga suya de la infancia que falleció y que en la ensoñación ejerce de Alicia. Entre tanto, Alfred y Robin se dan cuentra de que ha sido drogado e intentan retenerle para cuidar de él, pero lógicamente consigue escapar y seguir buscando al culpable. La investigación se complica por momentos: el primer muerto tenía un hermano gemelo, luego resulta que están involucrados políticos, una juez.. y todo ello partiendo de la base de que el propio Batman no puede saber si lo que ve es real o fruto de las alucionaciones producidas por la droga.
Personalmente me quedo con el dibujo antes que con el guión. El primero le va como anillo al dedo al tema del país de las maravillas. El guión está bien hilado con el mundillo basado en la obra de Lewis Carroll, y supongo que gustará especialmente a quienes lo conozcan mejor, pero como historia autoconclusiva de Batman a mí me sabe a poco.
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