jueves, 25 de junio de 2020

El ministerio del tiempo . Cuarta temporada

El Martes terminó la cuarta temporada de "El ministerio de tiempo" y nosotros lo vimos ayer. La serie de TVE (aunque nosotros la vemos en HBO) cierra ¿de manera definitiva? el telón con 8 capítulos que empezaron a emitirse a finales de Abril.

Título original: El ministerio de tiempo.
Estreno: 20 de Abril de 2020.
Creadores: Javier Olivares y Pablo Olivares.
Actores: Nacho Fresneda.
Hugo Silva.
Cayetana Guillén Cuervo.
Juan Gea.
Jaime Blanch.
Francesca Piñón.
Julián Villagrán.
Rodolfo Sancho.
Macarena García.
Duración: 8 episodios de 60 minutos
Género: Aventuras / Ciencia-ficción.

Creada y escrita por los  hermanos Olivares (Javier y Pablo), la serie vuelve a emitirse tras casi 3 años sin nuevos capítulos. Aura Garrido aparece de forma puntual y el que vuelve es Rodolfo Sancho.

(A partir de aquí, SPOILERS)

Después de tres años, los agentes se reúnen para investigar la aparición de un hombre exactamente igual que Julián (Sancho). "Pacino" (Hugo Silva) y "young Lola Mendieta" (Macarena García) están liados y en principio ocultan su relación al resto del Ministerio.

También vuelve Alonso de Entrerrios (Nacho Fresneda), que ahora es un padre de familia adaptado a los tiempos actuales. Recuperan a Julían pero con amnesia, por lo que volverá puntualmente Amelia (Garrido) para ayudarle a recordar. Luego viajarán al Madrid de la movida de los 80 para salvar un rodaje de Almodovar o al 37 para hacer lo propio con el Guernica de Picasso. Harán pasar por un Rey a un actor secundario e Irene (Cayetana Guillén Cuervo) conocerá a Clara Campoamor. El final de la temporada está marcado por la desaparición de Lola, el primer viaje al futuro y el hecho de que ellos también están constantemente cambiando la historia.

Lo que no consiguió TVE con su constante maltrato a la serie ni los constantes cambios de reparto lo va a lograr el puro agotamiento. La temporada, siendo con diferencia la peor de toda la serie, mantenía alguno de sus aciertos y algunos capítulos eran entretenidos y divertidos. Pero el final, salvo por el merecido homenaje a Salvador (Jaime Blanch), es un despropósito indigno del resto de la serie. Un guión que parece escrito por un mono con dos pistolas y algunas escenas que hacen que uno se pregunte si la serie se está auto-parodiando. Para seguir así casi mejor que la dejen como estaba.

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