Hace mucho (más de un año) que no hacía reseña de alguna de mis lecturas procedentes de la biblioteca. En mi penúltima visita, por recomendación del siempre acertado Manolo, saqué dos cómics titulados "El Gran Muerto". Aparte de fiarme de su criterio, me llamó la atención del mal rollo que daba la portada del primero. Publica Planeta y en tiendas cuestan 20 y 22 euros respectivamente.
Edición original: Le Grand Mort #1 a #6.
Año: De 2007 a 2015.
2012 y 2019 la edición
de Planeta en España.
Guión: Regis Loisel y Jean-Blaise Djian.
Dibujo: Vincent Mallié.
Edición: Tapa dura 184 y 176
páginas a todo color.
Escrito por Regis Loisel y Jean-Blaise Djian, autores de "Los Cuatro de Baker Street" que en su día también leí vía Biblioteca. El dibujo es obra del también francés Vincent Mallié. Hago reseña a pesar de no ser una serie terminada porque imagino que el tercer y último tomo tardará en llegar. El número 6 se publicó en 2015 y aquí llegó en 2019 y el octavo y último es de 2019.
(A partir de aquí, SPOILERS)
Pauline es una estudiante francesa (bastante insoportable) que llega a un pequeño pueblo de la Bretaña para poder estudiar para unos exámenes en casa de una amiga. Cuando se queda sin gasolina, conoce a Erwan, un vecino que la ayudará.
A pesar de no llevarse bien en un principio, acaban viviendo aventuras juntos cuando Erwan viaja a otro mundo paralelo siguiendo las indicaciones de Cristo, su maestro. En el otro mundo el tiempo corre a un ritmo distinto (unos días allí son meses aquí) y hay 4 razas distintas que llevan a cabo un extraño ritual en el que Erwan debe ejercer como nexo de unión. La cosa se complica y Pauline y Erwan se separan, ya que ella vuelve a nuestra realidad antes. Cuando se vuelven a encontrar, ella ha tenido una niña (Blanche) a pesar de no estar embarazada cuando se conocieron. Luego aparece en escena Gaelle, la amiga que le dejó su casa a Pauline y que formará un triángulo amoroso con los otros dos. Todo ello a medio camino entre los dos mundos y viendo como el nuestro se desmorona poco a poco.
El guion no es el colmo de la originalidad pero es de esos que engancha logrando picar la curiosidad del lector con una ración de misterio y otra de tensión. Lo que destaca es el dibujo, que está genial, y la forma en la que retrata como un país como Francia se va desmoronando. Hay páginas que dan muy mal rollo, unas por como el dibujo insinúa elementos de terror y otras por como algunas cosas que pasan podrían resultar de plena actualidad en el mundo real durante el último año.
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