lunes, 8 de noviembre de 2021

El Juego del Calamar

La semana pasada terminé de ver la serie que posiblemente más lo ha petado últimamente. Hablo, por supuesto, de "El Juego del Calamar", la última moda llegada desde Corea a través de Netflix. Estrenada en Septiembre, ya ha sido el centro de varias polémicas.

Título:
El Juego del Calamar.
Título original: Ojingeo Geim / Squid Game.
Estreno: 17 de Septiembre de 2021.
Creadores: Hwang Dong-hyuk.
Actores: Lee Jung-jae.
Park Hae-soo.
Tom Choi.
Anupam Tripathi.
Oh Yeong-su.
Jung Hoyeon.
Kim Joo-Ryung.
Duración: 9 capítulos de 60 minutos.
Género: Acción / Misterio / Drama.
   
Escrita y dirigida por Hwang Dong-hyuk, tiene una película de 2017 titulada "The Fortress". Por lo visto llevaba intentando sacar adelante el proyecto unos 10 años. 

(A partir de aquí, SPOILERS)

El primer capítulo nos sirve para presentar a Seong Gi-Hun (Lee Jung-jae, al que yo conocía de "New World"). Es un fracasado que vive con su madre, está separado y tiene una hija a la que compra regalos con el dinero que gana apostando a las carreras de caballos.

Cuando la situación de Gi-Hun es casi insostenible (debe mucho dinero) aparece en el metro un hombre que le propone un juego y le da una tarjeta. Tras recibir muchas bofetadas pero comprobar que el hombre cumple su palabra, Gi-Hun se apunta al juego. Le recogen en una furgoneta y le duermen. Cuando llega al lugar del juego, descubre que es el último jugador, el número 456. Las 456 personas (todas en la misma situación de ruina económica que Gi-Hun) tienen que jugar a un juego infantil coreano con la peculiaridad de que aquellos que incumplen las reglas o sencillamente pierden, son acribillados a balazos. Los supervivientes (entre los que también está un amigo suyo de la infancia, Park Hae-soo, a quien vimos en "Time to Hunt") tendrán que seguir pasando juegos hasta que solo quede uno, que se llevará un premio multimillonario. 

La verdad es que empecé a verla con bastante escepticismo. Temía que iba a ser algo parecido a "La Casa de Papel", es decir, un fenómeno de masas detrás de una serie con un buen punto de partida pero bastante justita y que se cae a las primeras de cambio. Y no es así. Al menos no tanto. El planteamiento original, la dureza de las imágenes, el impacto visual y las situaciones límite que nos presenta, hacen que la serie se pueda ver de principio a fin. A quien le vayan esas cosas les gustará, aunque si es verdad que varios elementos de las tramas de misterio se caen y otras son incluso predecibles. Resumiendo, que está bastante bien, aunque el bombo que le han dado siga siendo desproporcionado.

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