jueves, 23 de noviembre de 2017

Destinos

Vamos con la tercera (y penúltima) película que vemos en el Festival Internacional de Cine de Gijón de este año. Tras la desaparición de los "Géneros Mutantes" nos hacemos habituales de la sección oficial y ayer vimos "Destinos", una película búlgara. Hoy nos despediremos del FICX con "Patti Cake$", cuya reseña dejaré para la semana que viene.

Título: Destinos.
Título original: Posoki (Directions).
Estreno: 26 de Mayo de 2017 (Cannes)
Octubre de 2017 (en Francia).
Director: Stephan Komandarev.
Actores: Vassil Vassilev.
Borislava Stratieva.
Ivan Barnev.
Georgi Kadurin.
Assen Blatechki.
Dobrin Dossev.
Gerasim Georgiev.
Irini Jambonas.
Vassil Banov.
Duración: 103 minutos.
Género: Drama.
Mi nota: 7,6/10.

Escrita y dirigida por Stephan Komandarev, que también estuvo presente en la proyección y se quedó después de la misma a contestar preguntas sobre la película. "Destinos" se estrenó en el pasado festival de Cannes.

(A partir de aquí, SPOILERS)

La película cuenta las 24 horas en la vida de 6 taxistas en una ciudad de Bulgaria que en mayor o menor medida tienen cosas en común. La primera es la de un hombre que empieza el día llevando a su hija al colegio mientras trata de evitar que le embarguen sus propiedades.

En el colegio se sube al taxi una chica muy poco mayor que su hija, que le pide que la lleve a un hotel y no precisamente para hacer los deberes. Tras ese incidente, llega a la reunión con el mafioso que puede evitar el embargo, pero no cede al chantaje de este y acaba "arreglando" el asunto pistola en mano. Luego está una mujer a la que vemos en dos situaciones completamente distintas: en una carrera muy agradable, lleva a un hospital a un cirujano que va a irse del país después de hacer una última operación: un trasplante de corazón (adivinad de quien) ; más tarde se topa con el hombre que hace años le arruinó la vida y la carrera no será tan agradable. Otra historia triste es la de un hombre cuyo hijo ha fallecido recientemente. Tendrá que llevar a un marido infiel y a unos jóvenes maleducados antes de encontrar un nuevo amigo en una cuenta. La mejor de todas, para mí, es la del taxista que se para en un puente a hablar con un suicida. Luego hay otra muy divertida, donde un Paco Tous búlgaro y taxista acaba a palos con otro personaje que ya habíamos visto antes. Y para terminar, un cura-taxista tendrá que llevar al hospital al receptor del trasplante de corazón, con el que tendrá una dura discusión sobre Dios.

Una de esas películas que hacen que merezca la pena ir al Festival. Al tratarse de distintas historias cortas, unas pueden gustar más que otras, pero el resultado final es muy interesante. Un retrato de la sociedad búlgara (aunque resulta curioso ver como en España tenemos cosas en común con ellos) sin salir de los taxis y con distintas formas de afrontar la crisis tanto económica como social. A pesar del tono pesimista y por momentos violento, hay momentos para la esperanza e incluso la risa.

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