viernes, 8 de marzo de 2019

La herencia de la ira

Como adelanté en la reseña de "Paletos Cabrones", aquel era el penúltimo cómic de su autor que he leído. Y es que la semana pasada leí "La herencia de la ira", que previamente había conseguido mediante un cambio por otro cómic viejo. En tiendas, nuevo, cuesta 15€. Publica Panini ya que en USA el cómic pertenece al sello ICON, una línea dentro de Marvel.

Título: La herencia de la ira.
Edición original: Men Of Wrath
#1 a #5 USA.
Año: Octubre de 2014 
a Febrero de 2015.
Octubre de 2016 la edición
de Panini en España.
Guión: Jason Aaron.
Dibujo: Ron Garney.
Edición: Cartoné 136 páginas a color.
Mi nota: 9/10.

Escrito por Jason Aaron. Se me agotan los adjetivos para un autor que todo lo que toca lo convierte en una maravilla, ya sean superhéroes, cómic independiente o una obra más personal como esta. Aquí dibuja Ron Garney, con el que Aaron ya trabajó en "Lobezno".

(A partir de aquí, SPOILERS)

Si en "Paletos Cabrones" Aaron hablaba del estado de Alabama, de donde es ; aquí lo hace del árbol genealógico de una familia que podía ser la suya. Una familia marcada por la violencia. No se escapa el juego de palabras entre el título y el nombre (Ira) y apellidos (Wrath, "Ira" en inglés es "Rath") de su protagonista.

Los Wrath han matado (y se han matado entre ellos) desde hace generaciones. Abuelos, padres, e hijos, hasta llegar a Ira. Con él la cosa no iba a ser menos y termina siendo un matón sin el más mínimo escrúpulo a la hora de ejecutar su trabajo. Esto nos lo demuestra desde una tremenda viñeta al principio del cómic hasta aceptando un último trabajo en el que tendrá que matar nada menos que a su propio hijo. Y es que Ira se muere, pero antes debe cortar de raíz su problemática relación con un hijo que le ha salido rana. Todo un fracasado, incapaz de seguir la tradición familiar en cuanto a la muerte, que además se mete en líos de los que no podrá salir. Debiendo pasta a quien no debe, con su chica embarazada y su padre tratando de acabar con él.

Otro cómic de Aaron que roza la perfección. Aquí se beneficia del formato cerrado, con un principio y final definidos, para contar una historia brutal y directa que se mueve a medio camino entre el género del crimen y una road-movie. Muchos elementos no son especialmente originales, pero el autor los maneja con maestría para regalar una obra que deja al lector en estado de shock. El dibujo de Ron Garney también juega en esa liga y encaja perfectamente con el guión, completando un conjunto sobresaliente.

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