viernes, 18 de noviembre de 2016

Pagando por ello

Hace tiempo que no reseñaba un cómic de esos que leo a raíz de las recomendaciones de "1001 comics que hay que leer antes de morir". En mi penúltima visita a la Biblioteca me hice con "Pagando por ello" (memorias en cómic de un putero). Está editado en España por "Ediciones La Cúpula" y cuesta 26€ en tiendas.

Título: Pagando por ello.
Memorias en cómic de un putero.
Edición original: Paying for It.
A comic strip memoir about being a john.
Año: 2011.
Guión: Chester Brown.
Dibujo: Chester Brown.
Edición: Tapa dura
300 páginas en blanco y negro.
Mi nota: 7,5/10.

Escrito y dibujado por Chester Brown, un canadiense de 56 años que tras varios éxitos se centró en el cómic autobiográfico. Aquí nos cuenta su vida durante varios años, en los que descubrió y se adentró en el mundo de la prostitución.

(A partir de aquí, SPOILERS)

A finales de los años 90 y tras romper con su última pareja, Chester Brown empezó a plantearse cosas. En primer lugar estaba dejando de creer en el amor romántico. Y en segundo lugar quería seguir manteniendo relaciones sexuales regularmente, pero sin tener pareja sentimental.

Así, tras unos primeros intentos bastante cómicos y torpes, empezó a frecuentar la compañía de prostitutas. A diferencia de lo que haría mucha otra gente, Chester no se lo ocultó a sus mejores amigos, ni siquiera a sus ex-parejas, ahora amigas. El cómic es un diario de todas las citas/relaciones que mantuvo durante esos años, pero también de las conversaciones con sus amigos y familiares sobre el polémico tema. Contado sin caer en el mal gusto y rematado con su defensa de la despenalización (que no legalización) y con unos apéndices finales que son tan importantes e interesantes como el resto del cómic.

El principio es muy divertido y entretenido. Empezando por el hecho evidente de que Chester Brown es todo un personaje y continuando por la lógica de sus reflexiones sobre el amor romántico y el sexo. Luego toda la parte central no es más que la misma escena repetida decenas de veces con distintas protagonistas. Salvo alguna anécdota puntual, toda esa parte se hace un poco aburrida. Para terminar, los apéndices finales son indispensables y sirven para entender mejor los debates con sus amigos sobre el tema.

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